Domu de Katsuhiro Otomo



Hay un consenso bastante aceptado en lo que respecta a ubicar cuáles fueron las obras que abrieron el camino del anime japonés (y su primo cercano, el manga) en occidente. Después de las experiencias más esporádicas de los años 70 y 80, con cosas como Robotech o Mazinger, los 90 están cruzados a fuego por Saint Seiya, Dragon Ball y Sailor Moon, para redondear el desembarco en nivel de sofisticación con Evangelion hacia el final de la década. Pero ¿cuál fue la bisagra exactamente entre aquellos casos aislados y estas obras que pasaron tan fuerte? Casi todos coinciden en que fue Akira, la película que adaptaba la obra cumbre de Katsuhiro Otomo.

Con la película llegó el manga original (en una increíble edición coloreada en USA) y después, la publicación y diversificación de mangas en occidente fue imparable incluso hasta hoy. Cuando algo así pasa con una obra y con un autor es inevitable buscar repetir el fenómeno con obras similares, y porqué no, del mismo creador. Es así como mucha de la obra de Otomo también empezó a llegar a este lado del mundo y es eso lo que explica la primera publicación en España de Domu, o "Pesadillas", un manga anterior a Akira, a principios de los años noventa.
Domu es un manga de 1983, y es tal vez el primer gran éxito de Katsuhiro Otomo, siendo galardonado como mejor obra de ciencia ficción de aquel año y poniendo al dibujante en una mucho mejor posición, que le daría las libertades necesarias para encarar su obra cumbre.


Domu se ubica en el presente, en un complejo habitacional con multitud de departamentos de clase media-baja, en la que Ocurre el suicidio de uno de sus habitantes. La policía llega al lugar del hecho para descubrir que es solo la última de muchas muertes que han ocurrido en el mismo complejo en situaciones igual de sospechosas, lo que desencadena una investigación acerca de qué diablos es lo que ocurre en ese lugar. Todo se va desarrollando hasta que la acción se va a llevar puesta la trama de algún modo, cuando en una misma noche se desarrollan algunos hechos inexplicables entre los habitantes (mutilaciones y muertes) hasta desencadenar en una pelea de poderes telequineticos entre un anciano del edificio al que se conoce como Cho-san (acaso el responsable de la inducción a los suicidios) y la niña Etsuko, recién mudada y de habilidades similares, dispuesta a poner fin a las andadas del viejo. Una batalla con destrucción de edificios, vuelos y víctimas que será el clímax de la historia.

Etsuko y Cho-San, los ¿protagonistas? de la historia

Los puntos en contra de esta historia saltan a la vista. No hay un desarrollo claro de la misma, nada parece tener demasiadas explicaciones, y, tal vez lo más negativo: no logramos encontrar uno o varios personajes o protagonistas a los cuales "seguir" a lo largo de la historia. El desarrollo más cercano a eso es uno de los policías que investiga el caso, pero termina siendo un secundario de muy poco peso. Lo demás es extremadamente confuso. Aún cuando muchos encuentran en esta historia el germen de lo que será Akira en algunos personajes y planteos, no parece ser suficiente.
El gran punto a favor de Domu lo vamos a encontrar en la parte gráfica. No descubrimos nada al comentar lo virtuoso que es Katsuhiro Otomo en esta faceta. Unos escenarios y un despliegue en doble página de esos gigantescos edificios monumentales, sumado a un glorioso manejo de la narrativa en las secuencias de acción logran deslumbrar aún cuando la trama hace bastante agua. Unas escenas muy bien logradas, tomándose sus páginas y cuadros necesarios para los efectos de acción, escapando a muchos de los recursos típicos de la historieta, y apuntando a una narrativa más de cine si se quiere. El cómic se ve muy actual aún tratándose de algo hecho en 1983 (y comparado a una historieta occidental del mismo año, hay un abismo de diferencia en lo narrativo), con su oscuridad, su puesta en página y su ritmo. El diseño de personajes es correcto, con un marcado estilo Otomo, que ya reconocemos fácilmente.
En resumen, una grata experiencia gráfica, para seguir reconociendo la trayectoria de un gran autor en sus inicios.


 Luego de aquella primera publicación en castellano, Norma Editorial reeditó este manga, de forma más acorde a los tiempos en Diciembre de 2003, en un lujoso tomo que es la edición más conocida por estos lados en la actualidad.

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