El Gran Catsby (2005)



Después de leer historietas muchos años, a veces siguiendo personajes y a veces siguiendo autores, creo que todos esperamos que lo que leemos nos llene, colme las expectativas, nos convenza, y porqué no, nos sorprenda. Pero siempre dentro de parámetros conocidos, en dónde ya sabemos de antemano las reglas y la lógica de estas historias, tenemos una idea de qué van los dibujos, como si fuera una película en la que conoces de antes al director y a los actores. 

Una vez cada tanto, pasa que nos encontramos con algo totalmente diferente e inesperado, ampliando ese universo de "formatos", que nos sorprende desde lo más profundo y estructural. Eso fue lo que me sucedió al leer "El Gran Catsby".
"El gran Catsby" (o The Great Catsby en inglés) es un manwha o cómic coreano de 2005, cuyo título en idioma original no tiene una romanización oficial como suele pasar con los mangas, y que parodia (el título y solamente el título) a la clásica novela de Scott Fitzgerald. Decimos que solo el título, porque una vez pasados ese detalle, nos encontramos con un manwha que no tiene absolutamente nada que ver y hasta nos lleva a preguntarnos cuál era la necesidad de esa referencia. El cómic es obra del artista Kang Doha, nombre artístico de Kang Seongsu oriundo de Corea del Sur, que posteriormente publicaría sus trabajos bajo el nombre "Doha" a secas. Y tiene la particularidad de ser un manwha serializado originalmente en Internet en un portal coreano (Daum) lo cual hoy es lo más normal del mundo con el arribo de los Webtoon pero que debió ser bastante novedoso en los primeros años 2000. Especialmente si consideramos que ésta obra consagró a su autor dándole la chance de la publicación en papel, la exportación a otros mercados y hasta la adaptación del mismo a series de TV y obras de teatro.


El manwha "El Gran Catsby" es una historia de la vida cotidiana protagonizada por el joven Catsby (caracterizado cómo un gato antropomórfico, de ahí el "Cat" del título) un universitario que vive en las afueras de Seúl , en un barrio bajo muy humilde, que tiene una amiga/novia hace varios años con la que tiene una relación pero nunca termina de formalizar. Ésta chica, Persu, también gata, termina uno de sus encuentros con Catsby informándole que va a casarse con un hombre bastante mayor en lo que parece un matrimonio arreglado por su familia. Esto va a deprimir sobremanera a Catsby, que tiene el apoyo de un amigo que convive con él de nombre Houndu, caracterizado como un perro. Houndu intenta levantar a su amigo de la depresión, siendo un personaje más superado, que le da consejos sobre relaciones, sobre trabajo y demás aspectos, pero sin demasiada información concreta. Catsby intenta superar este desencanto amoroso anotándose en un sitio de citas y conociendo a otra chica, Sol, también gata, que parece no llenar el vacío en un principio, pero que de a poco va tomando importancia en la vida del protagonista. Cuando se ve la luz al final del túnel, Persu reaparece, comentando su infeliz vida de casada y revolucionando, una vez más, los sentimientos de Catsby. En el medio de todo, Houndu, y sus historias como tutor personal en una casa de un matrimonio. Algo que parece desconectado de la historia principal, hasta que todas las tramas confluyan de un modo muy sorprendente.


Los puntos fuertes de la trama están en el sentimiento que describen. La juventud, los desamores, la presión social y familiar, las depresiones, todo abarcado con mucha paciencia por el autor que no escatima en páginas cuando quiere transmitir una sensación. Y en ese sentido, la narrativa y el dibujo juegan un papel fundamental y constituyen la gran sorpresa de la que hablábamos al principio. Empezando por un dibujo de lo más bello, con cabezas de animales de estilo dibujo animado, y cuerpos humanos, pasando por unos fondos espectaculares hasta el más mínimo detalle, y después por la forma en que todos estos elementos se utilizan. Páginas totalmente despojadas con solo 1 cuadro o 2 cuadros, no más que eso. Fondos repetidos con los personajes "moviéndose" sobre ellos, como si de un anime se tratara. Secuencias de acercamiento o alejamiento de "cámara" que ocupan páginas y páginas y páginas, logrando el efecto de suspenso, tensión o paso del tiempo según se requiera. Secuencias oníricas sin fondos. Secuencias de repetición de cuadros con alguna reflexión en off. Expresiones faciales que se van transformando, aprovechando el hecho de ser animales, llevando las expresiones a un límite más allá. Y una multitud de recursos utilizados tan pero tan bien, que exceden holgadamente de lo que sea que se trate la historieta (que encima, está muy bien también). Esta narrativa descomprimida (e impresionante creo yo) explica la extensión de 26 largos capítulos, y 6 tomos de más de 250 páginas cada uno en la edición española, que constituyen de todos modos una lectura amena y ligera.


Seguramente, a los lectores actuales de Webtoon o similares, muchas de estas herramientas les parezcan habituales. Pero para 2005, o para cuando me encontré con este comic (2015 aproximadamente) fue una apertura de cerebro hacia un abanico de posibilidades que nunca antes había considerado. Fue un "no sabía que se podía hacer esto en un comic" constante, que agradezco desde entonces.
El Gran Catsby se publicó en castellano en España de la mano de la desaparecida editorial Glénat, en 6 tomos a todo color (decíamos que tenía más similitudes con un anime que con un manga) y a un precio "excesivo" según palabras de los propios españoles, pero que apareció posteriormente en los saldos de dicha editorial, llamando la atención de muchos recién en esa segunda instancia. Merecido para semejante obra.

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