Nippur de Lagash: La saga del Ojo (1978)



El 4 de septiembre se festeja hace ya varios años el Día de la Historieta en Argentina, y no hay mejor oportunidad para estrenar una reseña de comic nacional,  tratándose de una de las escuelas de historieta más celebradas a nivel mundial, y de una tradición en este medio tan importante como lo es en USA, Europa o Japón.

Para el festejo, vamos a quedarnos con uno de los personajes emblemáticos de nuestra historieta como lo es Nippur de Lagash, y con un momento bisagra de su historia como lo fue la conocida “Saga del Ojo”. Pero antes un pequeño recorrido para entender de quién estamos hablando.

Nippur de Lagash aparece por primera vez en la revista D’artagnan, una de las clásicas antologías de editorial Columba, más específicamente en el n°151 de 1967. El personaje era uno de los primeros guiones que entregaba el joven guionista Robin Wood, una figura fundamental para entender la historieta argentina y el éxito de estas revistas, y un personaje en sí mismo con una historia digna de sus propios guiones. El dibujante y co-creador era Luis (Lucho) Olivera, quien ya trabajaba en Columba y convence a su amigo Robin de crear un comic basado en una pasión en común de ambos: la historia de los sumerios. Así, medio de casualidad, nace Nippur de Lagash, el guerrero errante que es expulsado de su ciudad al caer la misma en una invasión, y que es obligado a deambular por todas las geografías y civilizaciones de esa época, a veces solo a veces acompañado. Y el éxito no tardó en llegar, lo que desembocó en revista propia, alguna antología nueva con su nombre y demás.

Nippur de Lagash es un comic episódico, como todos los de Columba, con aventuras que debían si o si resolverse en esas rígidas 12 páginas, lo que puede parecer un desafío dadas las características narrativas de hoy en día (un manga japonés no llega ni a mostrar al protagonista en esa extensión) pero que era habitual en ese momento apoyado en los bloques de texto súper descriptivos que permitían ahorrar dibujos, y a la vez deleitaban con la prosa del gran Robin Wood. No obstante a lo largo de los más de 400 episodios y casi 30 años de publicación la narrativa y la relación texto/dibujos se fue aggiornando un poco acorde a los tiempos. Y también se desafió un poco este tema de episodios con principio y final, que si bien siguen existiendo, a veces pasan a formar parte de un todo un poco más grande, como lo fueron la saga de “La búsqueda de Teseo”, o la “Saga del Ojo” que hoy nos ocupa.

Nippur no llega a cubrirse, y flechazo al ojo

En el álbum Super D’artagnan n°15 de 1978, se publica un capitulo que nadie vio venir. Se tituló “Laris Sobre el espejo del desierto” y contó como Nippur se une a una caravana que se dirigía a unas planicies en medio del desierto con intenciones de cultivar y volverla tierra fértil. Nippur se queda con ellos entablando un vínculo con Laris, una chica ciega de la que se enamora, y Rohar, su hermanito. Unos saboteadores se obsesionan con la chica y atacan este nuevo pueblo, que es defendido por Nippur que a instancias de la dulce Laris, deja con vida a uno de los malhechores, que volverá recargado a liquidar a todos, incluso a la chica y que marcará para siempre a Nippur de un flechazo en el ojo. Tremendo final para un capitulo de una serie que (poco más poco menos) siempre veía a Nippur victorioso. La continuación habrá que buscarla en D’artagnan Extracolor 402 y 403 (esperemos que la gente de Columba, no muy comunicacional que digamos, haya guiado bien a los lectores a la conclusión de tan importante historia). Rohar se quedó al cuidado de Nippur, hasta llegar al cuidado de un sacerdote deforme –Sefaranim- que lo cura de su herida. Pero la herida es mucho más profunda que la pérdida del ojo, y la barbarie de este mundo antiguo se vuelve a hacer presente, llevando a Nippur, el incorruptible y descomunal héroe, a una depresión de la que no saldrá hasta el tercer episodio (Santas sagas continuadas Columba!!), en una memorable batalla contra una sangrienta jauría de lobos que arrasaban pueblos enteros.

Primera aparición del parche de Nippur

La saga es memorable desde todo punto de vista, no solo por mostrar un Nippur vulnerable como nunca antes sino también marcando al protagonista que, ahora, aparte de errante e incorruptible, es el tuerto. El parche en el ojo será otra marca distintiva de Nippur en adelante, dándole ese trauma y toque falible que todo héroe necesita.

Robin Wood en guiones como siempre, no falla casi nunca, con unos bloques de texto más que bellos, en primera persona en los primeros capítulos y en tercera persona en el último. Y una destacada mención al dibujo de Carlos Leopardi, que tiene una cierta continuidad con lo hecho por Lucho Olivera, pero da un paso más en una sensación más “salvaje” en las luchas, en las expresiones, en los fondos, que se amolda muy bien al tono de dolor y agonía que tiene gran parte de la historia. La “Saga del Ojo” es un hito fundamental en la historia de un personaje fundamental.

¡Feliz día de la historieta!

La pelea con el lobo blanco.

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2 Comentarios

  1. Respuestas
    1. Recién veo el comentario. muchas gracias! De mis historias favoritas de Nippur.

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