Confession (1999)




Estaba esquivando reseñar un cómic producido en Japón, buscando en lo posible algo con principio y fin, para no enroscarme en una serie larga (algo que seguramente terminaré haciendo en algún momento). Finalmente me decidí por el manga Confession de 1999, publicado originalmente en Japón con el título Kokuhaku, en la revista Youg Magazine Uppers de la editorial Kodansha. 

Los mangas tienen esta particularidad de estar demográficamente orientados, cosa que suele evidenciarse por su temática y por el semanario en el que se publican, aunque a veces hay algunas excepciones, o dudas respecto a qué tipo de manga tenemos entre manos. En este caso, se trata claramente de un Seinen, o cómic apuntado a jóvenes adultos, lo que queda a la vista tanto por el tono, cómo por algunas situaciones y diálogos que ocurren en la obra.
Se trata de un thriller de suspenso, que es "breve" (unas 300 páginas con principio y fin, es poco para los japoneses), pero que tiene una gran intensidad y capacidad de hacernos estar atentos pasando página a página hasta el final.

Kokuhaku cuenta la historia de dos amigos alpinistas, Asai e Ishikura, que escalando una montaña en medio de una terrible tormenta de nieve, tienen un accidente y se pierden. Ishikura se lastima la pierna y Asai debe cargar con él, hasta que en un momento de desesperación, pensando que van a morir irremediablemente, Ishikura le confiesa a su amigo de un terrible cargo de conciencia que trae hace 6 años, cuando una amiga de ambos, Sayuri, también alpinista, murió en la montaña, revelando que no fue una caída por accidente como dijeron los rescatistas, sino que él la asesinó. Ishikura siempre estuvo arrepentido, y necesitaba quitarse ese peso de encima antes de morir. Asai lo contiene emocionalmente, hasta que la nieve aminora, y logra descubrir un refugio, una casa en medio de la montaña, con la posibilidad de poder calentarse allí y hasta con una línea telefónica para pedir rescate. Lo que debiera ser motivo de alegría para ambos, termina enrareciendo el ambiente. Ahora ambos saben que pueden salvarse, pero ambos saben la verdad acerca del asesinato de Sayuri. A partir de este punto empieza lo mejor de la historia. El extraño comportamiento de Ishikura, que cambia totalmente de actitud,  acechando al amigo al que acaba de confesarle una verdad que puede sentenciarlo ni bien llegados a la civilización. Y la paranoia de Asai, que ahora sabe lo que ocurrió con Sayuri, y si bien no parece tener intenciones de revelarlo, empieza a sospechar que Ishikura piensa liquidarlo para que nadie se entere, y con el historial de asesinato previo revoloteando su mente. Bajo estos términos se desarrolla la trama, con un gran timing para el suspenso, los silencios, la soledad de ese aislamiento que empieza a enloquecer a ambos, en una continua sospecha de quién va a liquidar a quien y en qué momento. Sin ánimo de spoilear el final, solo se puede adelantar que hay muchos más datos acerca de la relación que  cada uno tenía con Sayuri, y esto dará pie a una vuelta de tuerca hacia el final que cambia mucho de lo que veníamos leyendo. 


Éste manga fue realizado por el guionista Nobuyuki Fukumoto y el dibujante Kaiji Kawaguchi, dos autores con algunas otras series a sus espaldas (aunque sin ser próceres del manga ni mucho menos) que conforman una dupla al estilo occidental, es decir, guión y dibujos a cargos de dos personas distintas. Esto es una rareza en Japón, aunque con honrosas excepciones como es el caso de Death Note. Y la dupla funciona muy bien. El clima de suspenso, asfixia, aislamiento y locura está más que bien logrado, y con una buena cantidad de secuencias narrativas muy interesantes, producto de una buena conexión entre guión y dibujo. El dibujo, por su parte, tiene una impronta muy típica de manga en cuanto diseño de personajes (los rostros tienen puntos en común con personajes de Katsuhiro Otomo o hasta de Jiro Taniguchi), despliegue en los fondos, o grisados. Nada que destaque especialmente, pero todo más que bien dibujado y sobre todo narrado, un punto muy importante en una historia de suspenso.
Una historieta muy buena, que atrapa y puede aconsejarse sin miedo, incluso a aquellos que no son habitues de la lectura de mangas japoneses. 

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