♦ Editorial: DC comics
♦ Guion y dibujos: Dan Jurgens
Claro, un día
llegó Dan Jurgens, y una decisión editorial lo puso al frente de un evento
bisagra como fue la muerte de Superman, con la responsabilidad de crear (acá
podríamos discutirle esta idea) al némesis que debía terminar con las aventuras
del superhéroe: el mismísimo Doomsday.
Un comic
exitosisimo que marcó una época. Pero con una sencillez en el planteo que
resultaba llamativo en una serie que venía tejiendo con mayor o menor pericia
una telenovela entre villanos, aliados y secundarios durante años, y todo de
golpe era dejado de lado para que el más simplón de los monstruos aparezca,
dispuesto a romper todo hasta cargarse al primer superhéroe.
Y un tiempo después,
resurrección mediante, llegamos a este The Doomsday Wars de nuevo a cargo de
Dan Jurgens. Lo primero a remarcar es que llama la atención como, con algunas
apariciones intermedias, el personaje de Doomsday no haya logrado volverse más
interesante de lo que era, ya que sigue siendo planteado como una fuerza
descomunal de la destrucción. Lo segundo a notar es la similitud en el planteo
inicial con el comic de la muerte de Superman: mientras el hombre de acero
tiene una lucha aleatoria con Brainiac y sigue lo más tranquilos con su vida,
un alerta de seguridad hace intervenir a la Liga de la Justicia (sin su líder)
que no pueden hacer nada ante la imparable Fuerza de Doomsday. Inevitable
choque posterior entre héroe y villano para repartir golpes de revancha.
Lo mas
interesante ocurrirá en el tercer punto a destacar de la historia (quizás el
más importante): la subtrama entre los personajes secundarios que le darán
grosor dramático a todo este asunto. Decíamos que en la muerte de Superman las
piñas sin ton ni son tapaban todo lo demás. Bueno, por suerte acá eso es al
revés. Lana Lang tuvo un accidente embarazada de Pete Ross, su hijo nació
prematuro y morirá si no es llevado de urgencia a una clínica más idónea que la
que pueda haber en smallville. Lana lo encara a Clark y le pide lo que jamás le
pidió: que Superman se olvide del mundo por un rato y salve a su hijo. Mientras
llega el aviso de que la liga fue derrotada, el último hijo de Krypton debe
decidir entre el bien mayor del mundo y cumplir un pedido personal de su amiga.
Todo el dilema sera condimentado con dos traumas que Superman trae consigo: el
primero, un flashback de su juventud (inventado para la ocasión) compartido con
Lana y Pete, cuando una nevada muy importante aniquiló al ganado de Pa Kent dejándolo
en la ruina; y el segundo, una reciente derrota vista en la colección de
Superman, cuando el juguetero asesinó a Adam Grant, el hijo de Cat, y Clark no
pudo hacer nada por evitarlo.
En síntesis, una
historia con un importante dilema humano que debe resolver el primer
superhéroe, con la correspondiente pelea del mes con el villano de turno, no
sea cosa que alguien se confunda de que de eso se tratan los comics de señores
en spandex.
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