La primera saga de Kick Ass, de la mano de Mark Millar en
guiones y John Romita JR en dibujos, levantó algo de polvareda en su
publicación original. Se trataba de la enésima repetición de aquella premisa de
“superhéroes en el mundo real”, que si bien ya se había probado alguna que otra
vez, nunca de un modo tan crudo como el que propone el polémico creador del
Millarworld. Mark Millar presentaba a Dave Lizewski, un adolescente que,
fanatizado con los comics, se calzaba un traje y descubría que lo que funciona
muy bien en las viñetas, no funciona tan bien en la realidad. Todo condimentado
con extrema violencia, presencia fuerte de internet y redes, más la catarata de
insultos que caracterizan al sello de este autor.
Tras dos sagas, un spin off y dos películas (de recepción
algo tibia) que recogían bastante el espitiru de comic (y adaptaban esas mismas
dos sagas) se veía venir hacia mediados de 2013 la conclusión de la historia de
Dave, el improvisado superhéroe del mundo real.
Kick Ass 3 arranca un poco después del final de la segunda saga.
Y vale un párrafo para aclarar que el final de aquella historia difiere
bastante del final del film, ya que el comic termina con Hit Girl en prisión y
Chris Genovese vivo (aunque mutilado). Datos no menores a la hora de arrancar
con el tercer volumen.
Y la saga empieza con un Dave ya crecido, recibido del
colegio, a quien la muerte de su padre no parece haberle hecho ningún ruido a
la hora de dejar sus andadas como Kick Ass. Lejos de eso, lidera un grupo de
superhéroes (sin poderes claramente, como siempre en esta saga) que no hacen
mucho más que posar, sacarse fotos y decir frases cool, hasta que se meten en
reales problemas con criminales de los que salen muy heridos. Hit Girl, en tanto, está presa y siendo forzada
a una “rehabilitación” mientras se las ingenia para someter a criminales y
guardias por igual en su reclusión. A la vez espera, sin éxito, que la pandilla
de idiotas comandada por Dave la saquen de prisión. El nudo de la historia se da
con la aparición de Rocko Genovese, tío abuelo de Chris y una suerte de
“padrino” capo de los mafiosos que vimos en las sagas anteriores, que viene
decidido a terminar con esta pavada de los superhéroes matando a todos y cada
uno. En el medio, Dave entabla un noviazgo bastante maduro, que lo aleja un
poco de su alter ego, y va a tener que volver en el climax de la historia, para
que tanto Kick Ass como Hit-Girl le den el cierre a la trama.
Una saga que no decepciona, especialmente en esto de “cerrar
el arco” de cada personaje. Dave obviamente, pero otros como Mindy (a.k.a.
Hit-Girl), Chris Genovese, la madre de Chris, los amigos de Dave, todos tienen
su momento. Y tampoco decepciona la combinación de secuencias, que se
estructuran de modo bastante similar a Kick Ass 1 y Kick Ass 2. A saber, Dave
en su rol de superhéroe solo hace pavadas hasta que se encuentra con algún
crimen más grande de lo que puede manejar (él o su grupo), los mafiosos se
empiezan a pasar de violentos y desencadenan la aparición de Hit-Girl en modo
ninja-asesina-mata-a-todos, con un momento de heroísmo genuino de Kick Ass (en
su propia medida). Esto está presente también en esta tercera saga, pero logra
sorprender de todas formas con la originalidad de algunos momentos.
Y si de polémicos hablamos, encima el dibujo está a cargo de
John Romita JR, artista que ha sido venerado durante muchos años pero que
empezó a despertar pasiones negativas hace algún tiempo, producto de alguna
dejadez y fallas anatómicas, en especial en su paso por DC. Nada de eso por
acá. Kick Ass cuenta con un Romita JR sólido en la narrativa, que dibuja
escenas fuertes de acción (con mutilaciones y sangre), escenas de sexo,
persecuciones de auto y no falla casi nunca. Ayuda un entintado grueso y
potente de Tom Palmer, y un coloreado oscuro muy acorde a la trama.
No aporta nada nuevo, pero Kick Ass 3 es un más que digno
cierre de las aventuras de estos héroes terrenales.
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