Batman: Death by Design (2012)


 

Cómo suele ocurrir con los clásicos personajes del comic mainstream norteamericano - esos de continuidad enroscada con 80 años de historias a sus espaldas y sin final a la vista- algunos de sus mejores episodios se dan en historias especiales que ignoran la "historia canónica" del mes a mes y funcionan como una isla con las características principales del personaje presentes, pero con la libertad de que el autor de turno haga un poco lo que quiera, de forma autoconclusiva. Esta opción es ideal para llamar autores que normalmente no podrían comprometerse con un comic mensual de Batman, pero que se tientan con la idea de dibujar libremente al murciélago en una aventura de 60 y pico de páginas sin apuros y, sobretodo, sin restricciones. Por citar un ejemplo reseñado en ésta página, el Dark Prince charming de Enrico Marini seguía esta misma lógica.

El comic a revisar en esta oportunidad también está inscripto en este formato, se llamó Batman: Death by Design y se publicó en el año 2012 de la mano de DC cómics. Una historia unitaria que sirvió para liberar los talentos de Chip Kidd en guiones ,un reconocido escritor y diseñador gráfico con mucho vínculo con el mundo del comic, pero con su fuerte en el diseño de portadas de libros, siendo el famoso T-rex de Jurassic Park de Michael Crichton acaso su diseño más popular; y Dave Taylor en dibujos, dibujante de larga carrera en los años 90 dibujando por kilo, hasta hallar un muy personal estilo ya entrados los 2000, que le otorga obras de mayor prestigio.
Batman: Death by Design se ubica en los inicios de Batman , tomándose la libertad de ambientar la historia en los años 40 (haciendo coincidir este Batman inexperto con la época en que el personaje realmente iniciaba), y nos cuenta una historia relacionada con la demolición de un edificio histórico (una estación de trenes) realizado por un arquitecto de estilo clásico por encargo de Thomas Wayne hace decadas, para construir en su lugar una moderna edificación a cargo de un arquitecto holandés de estilo moderno llamado Ken Roomhaus (genial juego de palabras referido a Rem Koolhaas) y encargado en esta oportunidad por Bruce Wayne. Los problemas se dan por una mujer crítica de arquitectura que intenta defender la edificación original frente a un Bruce Wayne que intenta convencerla de los problemas estructurales que este tiene y que hacen imperioso reemplazarlo. Situaciones que van y vienen, con una mafia presente en la ciudad de Batman, que termina descubriendo aprietes mafiosos que recibió el arquitecto original a causa de este grupo mafioso, comprometiendo el presupuesto y los materiales del edificio,  que vuelven a la carga para que nada de todo esto salga a la luz.




Una historia interesante que mezcla interés por el diseño de corte clásico (o ese estilo art-nuveau con el que nos suelen presentar Gotham city) vs. Las ideas "más orgánicas" que profesan algunos diseñadores modernos, más una trama de mafia de los años 40, que no puede faltar en un comic del murciélago, decorado con un interés romántico, algún villano clásico y alguna cosa más. Todas las posturas expuestas en el comic toman otro sentido al enterarse que el guionista es un diseñador gráfico.
Por el lado del dibujo, tenemos una genial ambientación casi 100% en blanco y negro con apenas pizcas de color, pero no al estilo Batman black and white, sino un dibujo a lápiz con tramas y grisados sin tinta, que le da una calidez muy especial. A eso se suma un diseño de Batman muy cercano al Batman original de Kane y Finger que redondean una ambientación muy lograda de aquella época.





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